LA IMPORTANCIA DE LOS VALORES

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Los valores Morales




Son aquellos valores que perfeccionan al hombre en lo más profundamente humano, haciéndolo más humano, con mayor calidad como persona sin embargo, estos nacen primordialmente en el individuo por influencia del seno familiar. Para que se dé esta transmisión de valores es de vital importancia la calidad de las relaciones de las personas en su significativa vida, los padres, hermanos, parientes y posteriormente amigos y maestros son los principales entes de las transmisión de estos valores como son: el respeto, la tolerancia, la honestidad, la solidaridad, la lealtad, la responsabilidad, entre otros
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Siguiendo el mismo orden de ideas, es indispensable el modelo y ejemplo que estas personas muestren a los niño(a), para que se dé una coherencia entre lo que se dice y lo que se hace. Por ende, es de suma importancia la comunicación de la familia. Posteriormente estos valores morales adquiridos en el seno familiar ayudarán fundamentalmente la vida social. De este modo la familia contribuye a lanzar personas valiosas para el bien de la sociedad y humanidad.

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Tipos de valores:


Para entender la clasificación de los valores es importante entender qué es un valor, y hacer conciencia de que los valores nos separan de la vida animal. Hay quienes llevan la bandera de defensa de lo natural para hacernos pensar que ser naturales es aceptar los impulsos salvajes y poco comunitarios de los animales. Lo correcto es ver y copiar de los animales sus mejores ejemplos y usar nuestra típica inteligencia humana para vivir nuestro destino evidente que es controlar todo y administrar todo lo que se deje gobernar en el universo, aprendiendo al vivir, y viviendo mejor cada vez.

Los valores son aquellos conceptos que pueden ser puestos en práctica en nuestra vida para que podamos vivir mejor. Tanto en forma íntima, personal, familiar, grupal y social. Por ello todo valor es un concepto operativo.


Al igual que las computadoras nosotros tenemos un Sistema Operativo; es toda esa gama de instrucciones y comandos que nos conducen en el diario vivir.
Nuestro sistema operativo tiene una serie de “Parámetro Consejeros” que son los valores.
El ser humano no sabe vivir sin estos parámetros por lo cual en su ausencia los sustituye con cualquier sistema de pensamientos o por directrices de alguna autoridad. Por eso la búsqueda instintiva de caudillos y líderes en la mayoría de los seres humanos.
Uno de los objetivos de este curso es determinar una jerarquía de valores personales, íntimos y sociales para practicar y difundir.
Hasta que no nos sinceremos y reconozcamos los valores como la verdadera y única plataforma para formar, elegir y poner en marcha el nuevo liderazgo político y empresarial, no habrá resultados serios y efectivos que generen verdadera felicidad y satisfacción en el pueblo, en los accionistas y en los empleados.
Escuchamos y elegimos a políticos sin que nos hablen ni demuestren nada de esto. Eso no está bien, porque así se promueve la gran escala de anti-valores que hay difundida y en marcha en el mundo.


Los valores pueden ser clasificados de muchas formas, de acuerdo a su radio de acción:

- Íntimos.

- Personales.

- Familiares.

- Grupales.

- Sociales.

- Nacionales.

- Internacionales.

- Universales.

- Humanos.

- Divinos.

- Naturales.
Según sus polaridades:

- Valores.

- Anti-valores.
Según la disciplina:

- Éticos.

- Morales.

- Políticos. - Ecológicos.

- Sociales. - Económico.

- Religioso. - Culturales. - Artístico

Valores más importantes para la viva del ser humano y para su crecimiento personal:

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La solidaridad: La solidaridad nace del ser humano y se dirige esencialmente al ser humano. La verdadera solidaridad, aquella que está llamada a impulsar los verdaderos vientos de cambio que favorezcan el desarrollo de los individuos y las naciones, está fundada principalmente en la igualdad universal que une a todos los hombres. Esta igualdad es una derivación directa e innegable de la verdadera dignidad del ser humano, que pertenece a la realidad intrínseca de la persona, sin importar su raza, edad, sexo, credo, nacionalidad o partido.
El respeto: Es aceptar y comprender tal y como son los demás, aceptar y comprender su forma de pensar aunque no sea igual que la nuestra, aunque según nosotros esta equivocado, pero quien puede asegurarlo por que para nosotros; esta bien los que están de acuerdo con nosotros, sino lo están; creemos que ellos están mal, en su forma de pensar, pero quien asegura que nosotros somos los portadores de la verdad, hay que aprender a Respetar y aceptar la forma de ser y pensar de los demás.



La tolerancia: Es la capacidad de conceder la misma importancia a la forma de ser, de pensar y de vivir de los demás que a nuestra propia manera de ser, de pensar y de vivir. Si comprendemos que nuestras creencias y costumbres no son ni mejores ni peores que las de otras personas, sino simplemente distintas, estaremos respetando a los demás. No es preciso compartir una opinión para ser capaz de considerarla tan válida como cualquier otra. Lo que hace falta es tratar de ponerse en el lugar de los demás. Desde cada perspectiva, las cosas se perciben de una manera distinta. Por eso, analizar en grupo una situación, escuchando la opinión de cada miembro del mismo, nos permite valorarla mejor.

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La honestidad: Es ser real, auténtico, genuino. Ser deshonesto es ser falso, ficticio, impostado. La honestidad expresa respeto por uno mismo y por los demás. La deshonestidad no respeta a la persona en si misma ni a los demás. La honestidad tiñe la vida de apertura, confianza y sinceridad, y expresa la disposición de vivir en la luz. La deshonestidad busca la sombra, el encubrimiento, el ocultamiento. Es una disposición a vivir en la oscuridad.



La Lealtad: Hacer aquello con lo que uno se ha comprometido aun entre circunstancias cambiantes. Un valor sin el cual nos quedamos solos y que debemos vivir nosotros antes que nadie. Esta se puede considerar como una virtud que desarrolla nuestra conciencia. Ella nos conduce profundamente hacia una situación, a través de ésta, y hacia la salida del otro lado, emergiendo como una persona más evolucionada.